Cuatro meses, tres semanas, dos días: mucho más que una película sobre el aborto

Sonia Natalia Cogollo-Ospina
 
“El cine europeo es el cine en el que se ve y se escucha una historia sobre los problemas humanos de alguien, y por lo tanto esa historia ayuda a la gente a resolver sus problemas”
Cristian Mungiu
 
En Rumanía, 1987, dos amigas están por vivir un día decisivo.  Se encuentran en la universidad, bajo el régimen de Nicolae Ceaușescu, en una era propagandísticamente denominada como la “edad de oro”, que de oro no tiene sino el narcisismo del dictador (1965-1989).
 
El ambiente reinante es de pobreza, vigilancia permanente, ilicitud de negocios, oscuridad.  En esta era está prohibida la anticoncepción, al régimen le interesa que las mujeres sean reproductoras, que tengan muchos hijos (son recompensadas por tal razón, gracias al decreto 770 de 1966).  Un ambiente de permanente vigilancia y control, de mucha represión que favorece, precisamente por ello, los actos ilícitos.
 
En ese contexto se desarrolla esta película del director Cristian Mungiu, con la que ganó la Palma de oro en el LX Festival de Cine de Cannes y el premio Goya a la mejor película europea.
 
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El director, con la omisión de música, con la utilización de planos de larga duración y del tiempo en adecuación logra que acompañemos a Otilia en la odisea que acaba de emprender para ayudar a su amiga Gabita, amistad que llega hasta las últimas consecuencias.
 
Estamos ante una película que podemos catalogar plenamente como psicológica puesto que a través de la técnica narrativa, las actuaciones, el transcurrir de la trama, y su historia in crescendo en cuanto a la tensión interior de Otilia, sentimos la resonancia de la situación.
 
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Es de admirar la habilidad de este artista que, más que tratar el tema del aborto nos contextualiza una época crítica en Rumanía que muestra cómo el asunto de la “libertad” es fundamental en la existencia humana.  Un filme elocuente con sus silencios, que facilitan introducirse en los dilemas de Otilia.
 
El cuidadoso tratamiento que hace Mungiu de estas dos jóvenes, su contexto y sus dilemas es su mayor aporte estético para un tema que siempre genera controversias, dejando que sea el espectador quien asuma su propia postura ante el mismo.

 

3 de septiembre de 2010

Publicado por

Sonia Natalia Cogollo-Ospina

Cinéfila y melómana. De profesión, Psicóloga, Magíster en Literatura Colombiana y Doctora en Artes.

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