Facebook, la Mark(a) de lo social en los albores del siglo XXI

Artículo: Facebook, la Mark(a) de lo social en los albores del siglo XXI. (2016). En: Funlam Journal  of Students’ Research, 1(1), 11-14. DOI: https://doi.org/10.21501/25007858.2132.  Available in English.

 

La vida de los otros o cuando no existe el derecho a la privacidad

 Sonia Natalia Cogollo-Ospina

Sin las ficciones seríamos menos conscientes de la importancia de la libertad para que la vida sea vivible y del infierno en que se convierte cuando es conculcada por un tirano, una ideología o una religión. Quienes dudan de que la literatura, además de sumirnos en el sueño de la belleza y la felicidad, nos alerta contra toda forma de opresión, pregúntense por qué todos los regímenes empeñados en controlar la conducta de los ciudadanos de la cuna a la tumba, la temen tanto que establecen sistemas de censura para reprimirla y vigilan con tanta suspicacia a los escritores independientes. Lo hacen porque saben el riesgo que corren dejando que la imaginación discurra por los libros, lo sediciosas que se vuelven las ficciones cuando el lector coteja la libertad que las hace posibles y que en ellas se ejerce, con el oscurantismo y el miedo que lo acechan en el mundo real. Lo quieran o no, lo sepan o no, los fabuladores, al inventar historias, propagan la insatisfacción, mostrando que el mundo está mal hecho, que la vida de la fantasía es más rica que la de la rutina cotidiana. Esa comprobación, si echa raíces en la sensibilidad y la conciencia, vuelve a los ciudadanos más difíciles de manipular, de aceptar las mentiras de quienes quisieran hacerles creer que, entre barrotes, inquisidores y carceleros viven más seguros y mejor. Mario Vargas Llosa (2010, pp. 2-3).

Mario Vargas Llosa nos recuerda en su Discurso “Elogio de la lectura y la ficción” que los artistas son los primeros personajes que se convierten en objeto de censura y vigilancia en los regímenes. La razón es porque los artistas nos permiten soñar con un mundo mejor pero a la vez expanden los límites de nuestra imaginación y nos vuelven más críticos, menos ingenuos, con las cosas que suceden en el mundo, nos permiten darnos cuenta de lo mal diseñado que se encuentra, sin distinción de ideologías, religiones y sistemas de gobierno, igualmente posibilitan el cuestionamiento de nuestras creencias, nos pueden mover el piso de nuestras convicciones. Ese es el poder del arte y de los artistas que es preciso atacar cuando se trata de imponer una ideología, de volver sumiso a un pueblo.

La vida de los otros2

Si alguna película puede ilustrar las transformaciones que hace el arte en la conciencia crítica de una persona sumisa, convencida de una ideología, esa es La vida de los otros (2006) de Florian Henckel von Donnersmarck. Este título permite deducir que el protagonista de la misma es Gerd Wissler, un oficial de la Stasi en el régimen comunista de la República Democrática Alemana que se destaca por su excelente trabajo en labores de espionaje y a quien le encomiendan escuchar las conversaciones de una pareja de artistas, un dramaturgo, escritor del régimen y su novia, una actriz de teatro. Es el año 1984 (que trae ecos de la obra de George Orwell) y los habitantes de la RDA viven bajo una vigilancia constante, porque es preciso mantener la seguridad del Estado traducida en controlar los movimientos de los ciudadanos y aquietar de alguna manera a todas aquellas personas que no comulguen con la doctrina oficial. En este sistema, uno de cada tres ciudadanos era informante del Estado, es decir que hacía de policía secreto. Bajo esa red de informantes aquellas personas más cercanas a los afectos, podían en cualquier momento traicionar la confianza de los seres queridos o de los vecinos.

Das Leben der Anderen

El artículo 12 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) que trata sobre el derecho a la privacidad[1] no opera entonces en regímenes que se encuentran amparados en alguna ideología, asociamos su violación a dictaduras. Sin embargo, aún en países democráticos como Colombia, en cuya Constitución Política consagra el derecho a la intimidad en el artículo 15, es un derecho que también se viola con frecuencia, o si no recordemos el caso de las chuzadas del DAS a periodistas y políticos opositores del gobierno de Uribe o el escándalo de 2007 porque se descubrió que la DIPOL, organismo de inteligencia de la policía, había realizado interceptaciones a altos funcionarios del gobiernos, miembros de la oposición y a algunos paramilitares desmovilizados recluidos en la cárcel de Itagüí, periodistas, empresarios, entre otros, violando no sólo el derecho a la intimidad, sino también el derecho al debido proceso, hecho que implicó la salida de doce generales de la policía.

Como dice José Rocha Jiménez: “los Estados invaden permanentemente la intimidad personal y familiar invocando muchas veces la ‘seguridad nacional’, la cual parece que nunca está a salvo”.

REFERENCIAS

Rocha Jiménez, J. (2007). Derecho intimidad personal, familiar y habeas data: artículo 15.  En Constitución y ciudadanía. Recuperado de http://blogjus.wordpress.com/2007/05/06/derecho-habeas-data-articulo-15/

Semana.  (2007).  Te llamo desde la prisión.  Recuperado de http://www.semana.com/nacion/llamo-desde-prision/103556-3.aspx

Vargas Llosa, M. (diciembre, 2010). Elogio de la lectura y la ficción: discurso del Nobel.

3 de mayo de 2011


[1] El artículo 12 de los Derechos humanos reza: “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques”.

 

Cuatro meses, tres semanas, dos días: mucho más que una película sobre el aborto

Sonia Natalia Cogollo-Ospina
 
“El cine europeo es el cine en el que se ve y se escucha una historia sobre los problemas humanos de alguien, y por lo tanto esa historia ayuda a la gente a resolver sus problemas”
Cristian Mungiu
 
En Rumanía, 1987, dos amigas están por vivir un día decisivo.  Se encuentran en la universidad, bajo el régimen de Nicolae Ceaușescu, en una era propagandísticamente denominada como la “edad de oro”, que de oro no tiene sino el narcisismo del dictador (1965-1989).
 
El ambiente reinante es de pobreza, vigilancia permanente, ilicitud de negocios, oscuridad.  En esta era está prohibida la anticoncepción, al régimen le interesa que las mujeres sean reproductoras, que tengan muchos hijos (son recompensadas por tal razón, gracias al decreto 770 de 1966).  Un ambiente de permanente vigilancia y control, de mucha represión que favorece, precisamente por ello, los actos ilícitos.
 
En ese contexto se desarrolla esta película del director Cristian Mungiu, con la que ganó la Palma de oro en el LX Festival de Cine de Cannes y el premio Goya a la mejor película europea.
 
4-months-3-weeks-2-days-493545l
El director, con la omisión de música, con la utilización de planos de larga duración y del tiempo en adecuación logra que acompañemos a Otilia en la odisea que acaba de emprender para ayudar a su amiga Gabita, amistad que llega hasta las últimas consecuencias.
 
Estamos ante una película que podemos catalogar plenamente como psicológica puesto que a través de la técnica narrativa, las actuaciones, el transcurrir de la trama, y su historia in crescendo en cuanto a la tensión interior de Otilia, sentimos la resonancia de la situación.
 
cuatro_meses_tres_semanas1
Es de admirar la habilidad de este artista que, más que tratar el tema del aborto nos contextualiza una época crítica en Rumanía que muestra cómo el asunto de la “libertad” es fundamental en la existencia humana.  Un filme elocuente con sus silencios, que facilitan introducirse en los dilemas de Otilia.
 
El cuidadoso tratamiento que hace Mungiu de estas dos jóvenes, su contexto y sus dilemas es su mayor aporte estético para un tema que siempre genera controversias, dejando que sea el espectador quien asuma su propia postura ante el mismo.

 

3 de septiembre de 2010